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miércoles, 23 de julio de 2014

UN HOMBRE MÁS GRANDE


He estado meditando profundamente en las características que hacen a un hombre grande. Esto debido a que he visto ya varios anuncios publicitarios donde promocionan pastillas para la impotencia sexual o el aumento sexual. Y me parece tan ilógico, tan irracional y superficial que midan la grandeza de un hombre de acuerdo al tamaño de su pene o de acuerdo a su calvicie.

Personalmente, pienso que a un hombre no lo hace más grande el tamaño de su pene, ni su estatura ni su belleza. Tampoco cuánto presuma de ser fuerte, ni tampoco la popularidad que pueda tener. No lo hace mas viril el cuántas mujeres haya llevado a su cama, ni lo hace más firme el hecho de que predomine sobre su mujer. A un hombre no lo hace grande ni su billetera, ni su carro, ni las mansiones o posesiones que pueda tener.

La grandeza de un hombre está en lo inmenso de su corazón y en la pureza de sus sentimientos. En la fuerza interna que a diario encuentra para luchar por ser mejor con él mismo y con los demás. En la integridad con que puede llegar a realizar las cosas que hace. En el empeño que lleva a cabo para darle lo mejor a su familia, amigos y seres queridos. Lo hace grande la sabiduría que ejerce para tomar las mejores decisiones y la inteligencia que posee para saber discernir lo bueno y lo malo. Lo hace grande el trabajo que ejerce sin importar cuál sea y el sacrificio que entrega muchas veces por amor.

Nos equivocamos al pensar que el que un hombre sea bueno en la cama, lo hace grande. Cierto que en la vida es importante que las parejas disfruten de su sexualidad; pero que eso pese más que muchas otras cosas, no sé, no lo creo. ¿Cómo es que el ser humano ha llegado a ser más insensible con el pasar del tiempo? Que hayamos evolucionado en conocimiento, ciencia y tecnología, pero que cada día nuestros valores vayan disminuyendo. ¿Cómo es posible que las personas midan el amor por la cantidad de veces que puedan “hacer el amor” en un día? Eso tiene que ver con el amor, también con la pasión, pero a la hora de la verdad, ¿qué pesa más?

En fin, lo que trato de decir y mi mensaje para los hombres es… que ustedes son maravillosos por lo que son, no por lo que tienen. Que no importa si son guapísimos o que algunas personas no entiendan su belleza exótica e interesante (jeje), es bien importante lo que tienen dentro de sus corazones, lo que esconde su interior. Que cuando un hombre busca de Dios y se deja dirigir por él eso hace una gran diferencia en su vida. Debes luchar por ser mejor, por sentirte bien contigo y con el mundo que te rodea.

¡ÁNIMO QUE TU VALES MUCHO!

miércoles, 25 de junio de 2014

4 razones por las que no deberías husmear el celular de tu pareja

En plena era del auge de la tecnología, donde el uso de smartphones, tablets y la masificación de Internet móvil es latente, muchas personas se ven amenazadas por las conexiones que sus parejas pueden establecer en el mundo web.

En este contexto es que nace el “husmeo virtual”, aquel estado de desconfianza que una persona desarrolla en torno a su pareja y que la tienta a revisar sus actividades en redes sociales y aplicaciones como WhatsApp… sin que el otro se entere.

Las opiniones en torno a esta práctica son divididas: hay quienes consideran que transgredir la privacidad de nuestros amados es “un pecado”, sin embargo, existen otros que por este medio se han enterado de que su pareja los engaña, poniendo fin a sus relaciones.

Todos hemos estado ahí. Estás tendida en la cama. Tu pareja está en la ducha. Su teléfono está en el velador al lado tuyo. Te sabes la contraseña. Sería tan fácil mirar un poco sin que él se dé cuenta. Sólo una miradita para saber si puedes confiar en él. ¿Qué es lo que haces? Husmear o no husmear, esa es la cuestión”, señaló Daniela Tempesta, Psicoterapeuta estadounidense.

En este contexto, la experta detalló en un artículo en The Huffington Post las 4 razones por las que no deberías revisar el celular de tu pareja sin su consentimiento, las cuales te explicamos a continuación.

1.- Es adictivo.
“Chequear el celular de alguien es como rascarte un sarpullido. Pica, entonces piensas que rascándotelo te dará algún tipo de alivio. Pero, por el contrario, mientras más te rascas más se propaga y más necesitas rascarte”, dijo la especialista. “La mejor política es no rascarte nunca. Incluso si no encuentras nada sospechoso cuando revises su celular, ahora asociarás el acto de chequear con el sentimiento de alivio. Así que cada vez que busques alivio, podrías necesitar la urgencia de husmear en su celular”, alertó.

2.- Es una situación en la que siempre pierdes.
“Si chequeas el teléfono o mail de tu pareja te enfrentas al dilema de lidiar con lo que arrojen tus acciones. Si no encuentras nada, el alivio que sientas rápidamente será reemplazado con culpa y ahora estarás estancada con el incómodo sentimiento de que violaste la privacidad y confianza de la persona que amas y que no ha hecho nada malo”, dijo la experta.

No obstante, si por el contrario encuentras alguna conversación o llamada sospechosa tendrás que decidir si confrontar a la persona (y admitir, de paso, que viste su celular sin su permiso) o guardarte el secreto mientras te come el remordimiento. “Ambas suenan como situaciones bastante lamentables en la que estar”, dijo.

3.- Si quieres una pareja en la que puedas confiar, sé una pareja en la que se pueda confiar.
Según Tempesta, “Si sospechas que no puedes confiar en tu pareja y chequeas sus dispositivos, entonces tú te conviertes en alguien en quien no se puede confiar. Trata a otros de la forma en que te gustaría que te trataran. Si hay una cualidad que valores en tu novio(a), debieras cumplir por tu parte con esta cualidad”.

4.- Podrías poner en riesgo otra información confidencial.
“Muchas personas tienen información confidencial relacionada con sus trabajos en sus celulares y computadores. Si estás revisando los dispositivos de tu compañero(a) podrías provocarle grandes problemas en el ámbito laboral”, advirtió la experta.

A ello, agregó que “En algunas profesiones podría significar una violación a la privacidad o podrías poner en peligro información de salud protegida. ¿Vale la pena poner el trabajo o credibilidad profesional de tu pareja en juego por satisfacer tu curiosidad?”.
De acuerdo a la psicoterapeuta, la próxima vez que te den ganas de revisar el celular de tu pareja ten en mente lo siguiente: “Diferencia si se trata de una simple curiosidad o si se trata de una sensación persistente en tu estómago de que algo anda mal”.

“Es natural que sintamos curiosidad sobre lo que hace nuestra pareja. Tenemos mentes que buscan información. (Pero) También tenemos la habilidad de ejercitar el control de nuestros impulsos y tomar decisiones alineadas con nuestros valores y sentido moral. Si sólo es curiosidad, tómalo como algo normal, y luego ánclate a tus valores y canaliza tu fuerza de voluntad”, aconsejó.

Fuente: BioBioChile

miércoles, 18 de junio de 2014

7 claves para que los celos no acaben contigo


Por: Laura Martínez

Todos nos hemos sentido así en alguna ocasión, es un episodio natural. Sin embargo, cuando son la causa constante de los problemas con tu pareja y minan su relación, es importante aprender a controlar los celos.

 Un reciente estudio publicado en la revista “Psychological Science” revela que los celos son más sexuales en los hombres y más afectivos en las mujeres, por lo que se relacionan con el tipo de vínculo que rige en una relación.

Por ello te presentamos algunas claves para controlarlos y lograr una relación más sana con tu pareja y contigo misma:

 1. El problema radica en ti y tú eres quien puede solucionarlo. Acepta que los celos constantes o excesivos no demuestran amor, sino tu propia inseguridad. Antes de continuar, reflexiona y toma conciencia de dónde radica el problema y comprométete a trabajar con tu pareja para controlarlos.
 

 2. Observa qué provoca tus celos. Haz una lista de las circunstancias que los provocan. Por ejemplo: si en una fiesta él o ella conversa con una persona atractiva o amigos del sexo opuesto y a ti te choca que le guste compartir con ellos. Solo tú sabes qué es lo que los provoca.
 

 3. Explora tus miedos. Los celos son productos de tus temores e inseguridades. El problema radica en que reaccionas ante ellos como si fueran una realidad. Cuando comiences a sentirlos, toma nota de qué piensas y sientes en ese momento.
 

 4. Suprime el impulso. Ahora que reconoces el patrón, ya no se trata de un impulso inconsciente; elegir cómo vas a actuar. Estar consciente de dónde surge el problema te permite controlar los celos.
 

 5. Eleva tu autoestima. Para dominar los celos puedes realizar un inventario de tus puntos “fuertes”; reconócelos y felicítate por ellos. Dedica tiempo para cultivar intereses propios y nuevas amistades; nutre y amplía tu mundo interior y esto, a su vez, fomentará tu independencia emocional. Entonces serás capaz de amar sin necesidad de “aprisionar” a tu pareja. Cuando una persona un sano nivel de autoestima, no se sientes amenazada por otros.
 

 6. Sana comunicación. Habla con tu pareja, cuéntale cómo te sientes y lo que te pasa. Mantén un diálogo sin discutir y explícale tus sentimientos. Apóyate en el cariño y en la confianza que tienen para intentar superar la situación.
 

 7. Busca ayuda profesional. Si a pesar de tus mejores esfuerzos no eres capaz de controlar los celos, acude con un profesional para que te ayude a romper con el patrón. Hacerlo puede marcar una gran diferencia y llevar más felicidad a tu relación de pareja.

 
El gran Miguel de Cervantes ya lo decía: “Si los celos son señales de amor, es como la calentura en el hombre enfermo, que el tenerla es señal de tener vida, pero vida enferma y mal dispuesta”.

 

miércoles, 21 de mayo de 2014

Verdades que salvan tu matrimonio


Lejos ha quedado la creencia de que el matrimonio debe durar toda la vida o que la pasión y el enamoramiento perduran para siempre. Una investigación que duró 15 años confirma que la felicidad se mantiene por dos años y la emoción de la luna de miel vuelve  después de 18 o 20.

Aunque el estudio explica que es normal que las parejas enfrenten estados elevados de felicidad que se va moderando progresivamente hasta que la unión se vuelve algo normal, hay siete verdades del matrimonio que debes conocer para permanecer juntos por mucho más tiempo.


Después del ¡Sí, acepto!

1. Comuníquese a menudo. Es importante expresar lo que uno siente y aclarar las diferencias para evitar malos entendidos. Terri L. Orbuch, de la Universidad de Michigan, recomienda hablar de lo que es irritante de modo que no sea amenazante, aunque sean pequeñeces.

2. Familia política. Para Terri L. Orbuch las parejas suelen no prestar atención en cómo la historia familiar de cada persona influye en su relación. Hay quienes aseguran que su matrimonio será diferente al de sus padres, pero generalmente no es así.

3. Agradecer las acciones. Al hacerlo reconoces el esfuerzo, los cónyuges se sienten agradecidos y encuentran mayor satisfacción. Pueden hacerlo felicitando a su pareja o dándoles las gracias por ayudar en la casa.

4. Hacer planes juntos. Tener proyectos en pareja fortalece el vínculo, aunque si las cosas no salen como lo planearon no debe ser motivo de discusiones. Un estudio publicado en la Journal of Marriage and Family asegura que son más felices las parejas que tienen proyectos en común.

5. Compartir gastos. Evitar que la carga económica sea para una sola persona hará que la relación sea más equilibrada y relajara las presiones. Elaborar un presupuesto familiar será la vía para controlar mejor los gastos.

6. Ausencia de sexo. Esta puede ser la causa de una ruptura o mantener una relación infeliz. La sexóloga Flavia Dos Santos asegura que hay distractores que provocan que la pareja deje la sexualidad para otro momento, lo cual es un grave error.

7. Los hijos. En un estudio, el sociólogo David Popenoe, experto en relaciones de pareja, afirma que la llegada del primer bebé genera estrés en el matrimonio, pero lo cierto es que las parejas con hijos regularmente permanecen más tiempo unidos.

Éstas son sólo siete verdades del matrimonio que pueden hacer la diferencia entre una relación amorosa y una desastrosa.

 Ten presente que la clave es el respeto, pero sobre todo tener presente que los problemas e intimidades se resuelven en pareja y privadamente.

 

miércoles, 14 de mayo de 2014

20 cosas que las mujeres odian de los hombres


Son diferentes, en todas las maneras que nos podamos imaginar. ¿Sabes qué aspectos comunes de los hombres no les gusta para nada a las mujeres?

Está claro: las mujeres y los hombres somos muy distintos, y por eso es inevitable que no nos entendamos. Ya hemos contado las 17 cosas que los hombres odian de las mujeres, asique ahora vamos a hacer lo mismo, pero al revés. ¿Sabes qué aspectos comunes de los hombres, no les gusta para nada a las mujeres?

1. Que no recuerden...

Si hay algo que no nos gusta para nada a las mujeres, es que se olviden de lo que para nosotras es importante. Cómo nos gusta el café o cómo se llama nuestro perro.

2. Que no ayuden en casa

Y si hay algo que nos encanta, es que crean en la igualdad y consideren que tienen que lavar los platos tanto como nosotras. Ya lo vimos en 'El diario de Bridget Jones', cuando Mr. Darcy ayudó en la cocina por motivo de la celebración del cumpleaños de Bridget... y es una de las razones de por qué todas nos hemos enamorado de él.

3. Que no pidan ayuda

Los hombres tienen fama de entender los mapas mil veces mejor que nosotras, pero... también ellos se pierden, y cuando lo hacen ¡no preguntan a nadie!

4. Que no hablen sobre la relación

A nosotras nos gusta hablar sobre todo lo que sentimos, y resolver nuestras diferencias con la palabra, pero a ellos les cuesta mucho más hablar sobre los sentimientos.

5. Necesitarte demasiado

Al igual que a un hombre no le gustaría tener a alguien detrás de forma constante, llamando a todas horas y pidiendo para quedar, a nosotras no nos gusta cuando un hombre memoriza todas nuestras actualizaciones en Twitter e insiste en vernos en el día de hoy, y en el de mañana, y también en el de pasado mañana. ¡Ellos también tienen que hacerse los difíciles de vez en cuando, para que no perdamos interés!
Que dejen en la cama su toalla usada
Si está mojada... ¡no la pongas encima de la cama, que ahí es donde dormimos!
7. Que en el cine no nos dejen elegir
Esto también es una queja para las mujeres, porque tanto el uno como el otro deberían turnarse para escoger la película.
8. Que no llamen lo suficiente
Si no llamas para saber cómo estamos y puedes estar un día entero sin saber de nosotras... olvídate, ya hemos perdido el interés.
9. Que no se den cuenta de cuánto nos hemos arreglado
Sí, no van a notar un exceso de maquillaje... ¡pero ese es el punto, porque la idea es maquillarnos de forma natural! Pero eso no significa que no le hayamos dedicado a la prebase, base, corrector, máscara de pestañas y colorete quince minutos de nuestro día, como poco. Que digan que no parece que estemos maquilladas... no nos gusta.
10. Que no nos digan que somos guapas
En el fondo, es lo que más necesitamos oír
11. El apodo 'gorda'
¿A alguna chica le gusta ser llamada de esta manera?
12. Que escupan en la calle
Totalmente inaceptable. Por favor, no hagáis eso. ¡Es asqueroso!
13. Que no apuesten por la comunicación
Cuando hay un problema, si no se habla no se resuelve. Muchos hombres no quieren hablarlo, y esto es algo que desespera a las mujeres.
14. Llenarte de babas... hasta el cuello
Los besos no deberían ser tan excesivos, que tengas que pasarte una toalla por las mejillas y el cuello...
15. Que no nos abracen después de una relación sexual
¡No es aceptable!
16. Que no bajen la tapa
Tampoco es aceptable.
17. No van al médico cuando lo necesitan
Dicen conocer la solución de su problema de salud, dicen que no es nada... ¡pero los síntomas ahí siguen!
18. Ellos y su fútbol...
No se pierden ni un partido y, por más que no lo entendamos, es algo con lo que tendremos que convivir.
19. Empiezan muy detallistas, y luego...
Bombones, rosas rojas y blancas, cartas románticas en las que escriben sus sentimientos hacia ti y muchos peluches... pero al comienzo de la relación. Luego, cuando van pasando los meses, de repente ¡olvidan cómo ser detallistas!
20. Los hombres demasiado directos
Los que no tienen ningún inconveniente en decirte que 'El diario de Noa' es la película más cursi que han visto en su vida. Los que se ríen porque has llorado por una tontería. Esos hombres pierden mil puntos.
 
 
 
 


lunes, 5 de mayo de 2014

10 cosas de mujeres que desesperan a los hombres


Nos podemos quejar de sus costumbres. Que deja la ropa desordenada, la tapa del inodoro levantada, que no se le pueda decir ni una palabra cuando mira fútbol porque pareciera que el resto del mundo no existe... Pero nosotras también podemos ser un poco molestas (por decir lo menos).
Las mujeres tenemos algunas cositas que los vuelve loco a los hombres, y no en el buen sentido. Para leerlas con un poco de autocrítica y humor, estas son las 10 cosas de mujeres que los desesperan a ellos.
#10 Que nunca estamos listas a la hora de salir
Lo que en otras palabras es... hacerlos llegar tarde a ellos. Reconozco que debe ser muy irritante y a cualquiera pone de mal humor. Pero, bueno, el ponerse lindas tiene su precio y lleva su tiempo, ¿no?
#9 Que los tratemos como si fueran un closet
Apenas llegamos a la fiesta, le damos a él lo que tengamos en las manos para que nos lo guarde. Abrigo, bolso, llaves de casa... Y si vamos de compras, él tiene que llevar todas las bolsas, claro.
#8 Que hagamos preguntas cuando solo queremos una única respuesta
Típico de las mujeres, preguntarles: ¿Estoy gorda? ¿Este pantalón/falda/short me hacen ver más gorda? Preguntas que hacemos para que nos responda NO, y que ellos no puedan decir otra cosa (o la verdad) porque ¡peligro! nos viene un ataque de ira o de llanto.
#7 Que, cuando no podamos ganar con argumentos una discusión, lloremos
Es que esto no falla y así podemos ganar en el asunto... pero eso no es justo. Tratemos de no hacer mucho eso.
#6 Que ocupemos todos los espacios con nuestras cosas
Los cajones y estantes del guardarropa no dan abasto para guardar todo lo que tenemos; ropa de invierno, ropa de verano, ¡los zapatos!, carteras, accesorios... Y ni hablar del espacio que ocupamos en el baño con los cosméticos, cremas y demás productos de belleza.
Tienen razón, no les queda lugar para nada
#5 Que les digamos qué ropa deben ponerse
Esto es súper molesto, pues los tratamos como si fueran niños. ¿Verdad que te molestaría mucho si te dijeran qué debes usar y qué no?
Aunque es inevitable el querer sugerirle algunos "retoques" a su look, debes dejarlo en paz con su estilo.
#4 Que los castiguemos con la falta de sexo
Depende de cuál sea la falta, pero si algo es tan grave como para llegar a eso, es que algo anda muy mal. Tampoco es justo chantajearlos con eso, les duele más que si los dejáramos sin cena...
#3 Que los retemos a recordar cosas que pasaron hace mucho tiempo
¿Recuerdas cuándo me llevaste a aquel restaurante tailandés? ¿Qué llevaba puesto ese día? ¿Qué comimos? Si no recuerda eso, no es el fin del mundo, no quiere decir que no te quiere, no seas dramática.
#2 Que seamos maniáticas de la limpieza y el orden
Al pobre ya le da miedo ir a la cocina a buscar galletas o a tomar agua porque nosotras estamos vigilando que no deje nada sucio o haga desorden. No vivimos solas y esa es su casa también, así que tiene derecho a estar cómodo y nosotras deberíamos ser menos estrictas.
#1 Que les leamos la mente
Y sí, este superpoder femenino los saca de quicio. Sabemos si están mirando mucho a una chica, o cuándo van a hacer algo molesto, como llenar la casa de humo con la barbacoa. Déjalo tranquilo, y recuerda que el pre-crimen todavía no existe, no pelees si aun no ha hecho nada.
¿Qué otras cosas típicas (e irritantes) nuestras te parece que les molesta a los hombres?
  
 
 

lunes, 28 de abril de 2014

Lo que debes hacer para no poner en riesgo tu relación de pareja


Demasiadas horas de trabajo y responsabilidades, poco tiempo de sueño, escasos momentos de ocio personal… Cierto es que, ante este panorama, el tiempo para dedicarse a la pareja no es mucho y cuando ambos están juntos es habitual que estén cansados de todo el día y queden pocas energías para la relación. A todo ello se pueden añadir ciertas dificultades como, por ejemplo, que la pareja tenga que vivir en la distancia, que alguno de los dos sufra alguna enfermedad o problema médico, que aparezcan problemas en la sexualidad por desgaste o porque exista alguna disfunción sexual, dificultades con algún hijo, que la suegra viva con ellos en la misma casa…
Este tipo de situaciones puede derivar en roces, necesidades no cubiertas e insatisfacción en la relación y sacar a relucir lo peor de cada uno. Por eso, es necesario que la pareja esté construida sobre unos pilares sólidos que no se tambaleen ante las adversidades.

Cayetana Hurtado de Mendoza, coordinadora Escuela de Parejas de la Fundación Educativa Universidad de padres, y Mila Cahue, psicóloga de parejas de Centro de Psicología Álava-Reyes, aportan los siguientes consejos para que la relación de pareja no falle:

Comunicarse de forma abierta y clara y llegar a un entendimiento mutuo será una de las herramientas más eficaces en el funcionamiento de la pareja. Sin olvidar que debe ser acorde lo que uno piensa con lo que uno dice para que exista una comunicación eficaz, decir en cada momento lo que uno piensa y no esperar a que sea el otro el que lo adivine, pues si no se lo comunicamos no tendrá forma de saberlo.
La pareja es un proyecto en el que se tiene que invertir a diario, la relación no solo se sustenta en el sentimiento amoroso sino que hace falta además atención, cuidados, mimos diarios…etc.

No dejar de decir cosas bonitas y agradables a diario ayuda a mantener un buen ambiente entre los dos. Además es más barato y saludable que un regalo material.

Disponer siempre de tiempo exclusivo para la pareja —sin hijos ni amigos—, al menos una vez a la semana, para poder hablar tranquilamente de temas más personales y sin interrupciones.

Las expectativas con las que uno llega a la relación deben ser realistas y adaptativas; es decir, si se mantienen expectativas muy exigentes en el otro, en lo que nos va a aportar o viendo a la pareja como la responsable de nuestra felicidad estaríamos en un error. Esta actitud traería consigo dependencia de la pareja y una fuente de frustración.

Debe darse una reciprocidad en cuanto que son dos los individuos que la forman, ambos deben sentir un equilibrio y que los dos reciben y aportan en condiciones similares.

Nunca dejarse de hablar. Siempre hay que expresar cómo nos sentimos. Si el enfado es muy grande, no dejarse llevar por el impulso y decir cosas que no pensamos y de las que después nos arrepintamos. Dar marcha atrás en este asunto, como si nunca hubiéramos dicho algo, es casi imposible.

Una relación implica ceder en algunas cuestiones y no imponer el propio criterio.

El respeto mutuo y la sinceridad serán elementos clave.

Es muy importante que no se pierda en la monotonía del día a día la espontaneidad y la capacidad de sorprender al otro. Así como el cuidado de los detalles, los buenos gestos, la sonrisa…. todo aquello que al inicio nos sale solo y de forma constante debe seguir manteniéndose.
No olvidarse de dar el beso de buenas noches.

Expresar a la pareja en cada momento lo que se piensa y siente libremente acerca de uno mismo y del otro. Es fundamental que la otra persona no tenga dudas acerca de nuestros sentimientos de amor y admiración y, por ello, no hay mejor forma que expresarlo verbalmente y mediante gestos de cariño.

Mantener el contacto físico y espacios de intimidad. Esto será especialmente importante con la llegada de los hijos, saber buscar momentos y no caer en la rutina. Es muy importante sentirse atractivos y deseados por la pareja.

No dejar en ridículo a la pareja delante de terceras personas ni en segundo plano.

No confundir amor con enamoramiento. En una fase inicial existen emociones muy intensas que pueden llegar a nublar el entendimiento e idealizan al objeto amado, en un momento posterior, pasamos a una fase en la que las emociones se atemperan y empieza a intervenir más la razón y la voluntad. Aquí es cuando comienza el verdadero sentimiento de amor y cuando elegimos construir un proyecto con la pareja. No debemos interpretar la calidad de nuestra relación solamente teniendo en cuenta la intensidad emocional.
Pedir y saber recibir será otra de las habilidades que ayudarán. Es muy importante demandar lo que uno necesita o decir con lo que no se está de acuerdo en el momento en que se necesite y, por otra parte, dejarse cuidar y saber aceptar las críticas constructivas que puede hacer la pareja.

El objetivo no es tener la razón, sino llegar a un entendimiento o a una solución cuando se produce alguna desavenencia en la pareja. Por ello, será prioritario que la pareja disponga de unas buenas estrategias de afrontamiento activo frente a los problemas.

El respeto hacia las opiniones, decisiones y proyectos del otro es básico y nunca debe perderse.

Es importante poner los límites adecuados y llegar a acuerdos en la manera en la que se aborda la familia extensa.