A menudo nos preguntamos si es suficiente o 'normal' tener cierta cantidad de encuentros sexuales a la semana. ¿Es poco sólo una vez cada siete días? ¿Es demasiado más de cuatro cada semana? Para despejar todas las dudas, entrevistó a la sexóloga y psicóloga Yanina Cotarelo.
"Hay personas que
son más sexuales que otras, que tienen más deseo y necesidad sexual. Es así que
no será el mismo ritmo de una persona más deseante que de alguien cuyo deseo
sexual está en un plano secundario en sus intereses", informa Cotarelo,
con lo cual afirma que no se puede comparar la frecuencia sexual de una pareja
con otra.
Ah: ¿Se puede hablar de
una frecuencia sexual 'normal'?
YC: La frecuencia
habitual en una pareja estable es de una a dos veces por semanas, es probable
que una pareja nueva tenga relaciones tres o cuatro veces en una semana,
dependiendo de su ritmo de vida y responsabilidades, es decir si su jornada
laboral es entre diez y doce horas posiblemente la vinculación sexual
disminuya.
Ah: ¿De qué depende la
frecuencia sexual? ¿Está íntimamente relacionada con el bienestar de la pareja?
YC: La sexualidad
comienza afuera del dormitorio, todo lo que sucede en la pareja afecta al
deseo. Las mujeres unimos lo emocional a lo sexual, esto no significa que no
podamos tener sexo sin amor como ya lo hemos conversado, si no que cuando
estamos enojadas, tristes, angustiadas, sobre todo en lo relacionado con la
pareja, es común que no deseemos tener sexo. El hombre, si tuviera los mismos
sentimientos, probablemente no proponga pero sí lo acepta, puede separar las
emociones del deseo sexual.
Ah: ¿Es posible mantener
una alta frecuencia sexual a través de los años? ¿Cómo se logra?
YC: Es muy importante
estar abierta al encuentro. Es posible que lo que pierdas es el deseo
espontáneo del encuentro sexual pero si el otro te propone y te permitís entrar
en ese juego es posible que te excites y te den ganas. Ambos deben tener
iniciativa para no producir desgaste ni malestar en el que lo hace, tanto sea
el hombre como la mujer.
Con los roces de la vida
cotidiana ser el único con la responsabilidad de iniciar un encuentro sexual es
un peso en los hombros que actúa de manera negativa. Es recomendable buscar
cambios en la forma de comenzar, por ejemplo si siempre lo hacen acostados en
la cama, probar darse vuelta, sentarse o buscar una silla, un puff, el piso de
la misma habitación, en el día a día es posible que no tengas ganas de irte
arriba del lavarropas a probar la emoción del centrifugado.
La fantasía es ilimitada
y siempre alimenta a la pareja, esto no quiere decir que se debe cumplir cada
una, se pueden contar historias, hacer personajes, traer accesorios. Cada tanto
está bueno llevar a cabo una propuesta fuera de casa y sobretodo cuando ya se
han devenido en padres, hay roles establecidos, preocupaciones, atenciones.
Cuando la pareja está a solas es una oportunidad para poder encontrarse como un
hombre y una mujer. Cada uno es responsable de su placer, una es quien debe
mostrarle al otro lo que le gusta y lo que le desagrada. Tener un rol activo y
pasivo, ser flexible es indispensable para mantener el placer de ambos.
Ah: ¿Cuándo hay que
preocuparse?
YC: Se calcula entre 3
meses y un año sin deseo ni actividad sexual, hay que evaluar el entorno y los
factores de estress, ecónómicos, familiares, de salud, laborales, que puedan
afectar al mismo.
Fuente: Derf
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